EL POZO

Una larga caravana viajaba por el desierto sin encontrar ningún pueblo ni oasis de agua. De repente, encontraron un pozo. Tomaron una vasija y, atada a una cuerda, la bajaron cuidadosamente a las profundidades del pozo esperando encontrar agua. Al intentar subirla, la cuerda se rompió. Bajaron otra vasija y también se rompió.
Entonces, ataron con cuerdas a una persona de la caravana para averiguar que pasaba y la metieron en el pozo. No volvió. Hicieron lo mismo con varias personas pero ninguna regresaba.

Había entre ellos un hombre razonable que dijo:
- Voy a bajar.

Casi había llegado al fondo cuando apareció un diablillo terrorífico y el hombre se dijo:
- No saldré ileso, pero es preciso que actúe razonablemente y no pierda la cabeza.
- ¡Deja de hablar! Eres mi cautivo y sólo te salvarás si me das una respuesta justa - dijo el diablillo.

El hombre respondió:
- Bien, habla.
- De todos los lugares, ¿cuál es el mejor? - preguntó el genio del pozo.

El hombre pensó que esta cautivo e impotente en sus manos. Si decía Estambul, Barcelona u otra ciudad sería mostrar desprecio por la morada del diablillo.

Así que respondió:
- El mejor lugar es aquel en el que el hombre tiene un amigo íntimo, aunque se encuentre en el fondo de la tierra o en una ratonera.
- ¡Bravo! - dijo el genio -. Estás salvado. En este mundo eres un verdadero hombre. Ahora te salvo a ti y salvo a los otros, y perdono a todos los hombres del mundo por amor a ti.

Luego, el diablillo dió agua a la gente de la caravana.

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